Ciudadanos se ganan la vida ofreciendo el servicio
Jonathan Maldonado
Las calles y carreras cercanas a la avenida Venezuela, en San Antonio del Táchira, se convirtieron nuevamente en un gran estacionamiento a cielo abierto.
Carlos y Eduardo, los hermanos Balza, suelen aprovechar el movimiento. En la cuadra de su casa, ubicada en el barrio Lagunitas, y con la anuencia de los vecinos, cuidan vehículos.
Ellos son funcionarios. Eduardo es jubilado de la antigua Disip, hoy Cicpc, mientras Carlos sigue activo en la prefectura del municipio Bolívar. «En dos días me gano lo que percibo en un mes con mi trabajo formal», dijo.
Con el aumento de visitantes a la frontera, por la época decembrina, están cuidando hasta 18 carros al día. Cobran 5 mil pesos a cada cliente y le incluyen el servicio del baño, agua, café y Wifi.
«Ya son clientes fijos que nos buscan por la confianza que nos tienen», subrayaron con la alegría de que haya una buena entrada en un mes de muchos gastos, y en el que la mayoría de las familias desean hacer sus hallacas.
Según los Balza, muchos clientes les han afirmado que ellos van a preferir dejar sus carros en San Antonio del Táchira para evitar llevarlos a Cúcuta, pese al anuncio de reapertura total a partir del 1 de enero.
Recorrer las vías adyacentes a la avenida es tropezarse con un escenario repleto de vehículos, estacionados a los costado. Al igual que los hermanos Balza, otras familias hacen lo mismo. «Es un buen rebusque y hay que aprovecharlo», precisaron otros trabajadores informales consultados.
Y es que los estacionamientos, legalmente constituidos, se ven abarrotados desde tempranas horas de la mañana, razón que empuja a muchos conductores a dejar sus vehículos en las calles, donde ya cuentan con vigilantes fijos.
A la par, ciudadanos llaman a los conductores de las rutas alimentadores -ruta aduana terminal de pasajeros- a evitar el exceso de usuarios, pues muchos van casi que colgados en las puertas de las busetas.