Estos llamados abundan en la frontera frente a las acciones inescrupulosas de muchos
Jonathan Maldonado
En las calles de San Antonio del Táchira es común ver pegados a un poste o amarrados al tronco de un árbol, letreros que invitan a la conciencia ciudadana, a no hacerle a los demás lo que no le gustaría que le hicieran a usted, regla fundamental de la ética.
Frente a los retrasos en el servicio del aseo urbano, muchos «ciudadanos» optan por la vía «fácil». Se desplazan hacia otros barrios y espacios públicos para deshacerse de las bolsas de basura que les resultan incómodas en su casa por la dilación del servicio.
«No tirar basura. Está siendo grabado», es la frase escrita con marcador negro sobre un cartón y que fue ubicada en la calle 2, con carreras 8 y 7 del barrio Lagunitas.
Este jueves, a través de una encuesta realizada vía WhatsApp, se constató que varias comunidades tenían hasta dos meses o más sin recibir la visita de los camiones recolectores. Además, la ausencia de rutas programadas y que sean públicas y constantes, hacen más difícil el escenario.
A las horas, el Instituto Municipal de Aseo y Ornato (IMAO), en el municipio Bolívar, publicó la puesta en marcha de un camión recolector que fue reparado y pintado. También anunció la ruta con un flyer. Quizá una coincidencia tras la denuncia de decenas de ciudadanos.
En la carrera 8, también en el barrio Lagunitas, cerca del hotel Terepaima, otro letrero está sujeto a un poste. «Ojo. Prohibido botar basura. Ojo», se lee fácilmente sobre otro cartón.
A escasos dos metros, frente a una casa, está el tercer letrero, con una advertencia parecida y amarrado al tronco de un árbol. «Ojo. No colocar basura en este lugar. No es basurero», se lee.
En muchas ocasiones, el «ciudadano», catalogado de inescrupuloso, hace caso omiso al llamado y tira las bolsas. Los horarios que utilizan son entrada la noche o muy temprano en la mañana, lapsos en los que escasean los transeúntes y vehículos.
El problema es neurálgico y amerita tanto de «conciencia ciudadana» como de un plan efectivo por parte de los encargados del servicio, en este caso el IMAO, para que las rutas sean frecuentes.