Grupos de chatarreros hacen su peregrinaje hacia la frontera con el propósito de cruzar los caminos verdes, mejor conocidos como trochas, y vender la chatarra en el vecino país.
Algunos vienen de Capacho; otros de San Cristóbal. La mercancía la obtienen comparándola — para luego revenderla–, regalada o recogiéndola en sitios donde otros la botan.
Reportó: Jonathan Maldonado (@ponchogocho)