El venezolano está radicado en Ecuador, país donde se destaca como profesor de bajo eléctrico en la Universidad Las Américas
Jonathan Maldonado
Jairo Toloza es un músico venezolano, nacido en la ciudad de Caracas, pero con un sello gocho que deja por sentado en cada lugar que visita. Tras haber migrado hace más de un lustro, hizo un viaje fugaz a Venezuela para promocionar su libro El Bajo Venezolano. La frontera fue su escenario de cierre, con un taller llamado Jazz para todos.
El caraqueño, con corazón andino, también tiene un Grammy Latino en su haber. Se alzó con el premio en el 2016 tras unirse al artista de 123, Andrés Salguero, un colombiano radicado en Washington, en Estados Unidos. Ese premio, literalmente, lo lleva tallado en su piel.
“En el 2021 estuvimos nominados a los American Grammy Awards. Años atrás, en el 2017, ganamos Premios Arpa, una especie de Grammy Cristiano que se hace en México”, recordó.
Toloza, durante su corta estadía en el municipio Bolívar, especificó que el taller de jazz busca ofrecerle pequeñas pastillitas de aprendizaje a las nuevas generaciones, apuntando a que la música crezca.
El músico regresó a su libro, el cual lleva un par de semanas disponible en Amazon, tanto en la versión digital como impresa, razón que lo empujó a realizar una mini gira que incluyó la Universidad de Pamplona, en el departamento de Norte de Santander, Colombia; la Universidad Nacional Experimental del Táchira (UNET) y la Universidad Pedagógica Experimental Libertador (Upel); en esta última estuvo como profesor desde el 2012 y hasta el 2016.
“El libro es una visión de la música venezolana a través de un bajista, porque hay mucho material para aprender a tocar cuatro, mandolina, melodías para flauta, pero sobre el bajo eléctrico no hay ningún material, y se convierte en un precedente para los que vienen detrás”, indicó.
Los primeros pasos para llegar al libro, que hoy suma a sus éxitos, los dio para un trabajo de ascenso en la UPEL, universidad donde laboró por cuatro años. “Emigré, el trabajo quedó allí y, después de los 40, uno quiere hacer cosas, entonces recordé esa tarea pendiente y me metí seis meses a darme duro contra el mundo y a escribir, escribir, escribir”, aseguró.
El músico está sorprendido por la receptividad que ha tenido la gente con su obra. “Apenas traje 40 libros y me faltaron otros 40 para medio llenar las expectativas”, subrayó quien es dueño de varios proyectos que está ejecutando, junto a otros músicos, y con los que espera seguir dejando el nombre de Venezuela en alto.
Universidad Las Américas
La Universidad Las Américas, en Ecuador, le abrió las puertas a Toloza, donde es profesor del Departamento de Bajo Eléctrico de la Escuela de Música. “Como todo migrante, llegué con desconocimiento. Tengo que agradecerle a César González, percusionista tachirense que me recibió en su casa y digamos que me dio los contactos de la universidad”, rememoró.
“La experiencia de migrante ha sido difícil, pues en el mundo musical uno pasa al menos 15 años tratando de hacerse un nombre. Acá en Venezuela, logré trabajar con grupos a nivel nacional como Treo, dirigí esa banda durante tres años y me trataban de una manera que uno no consigue en otro lugar”, aclaró.
Sin embargo, luego de cuatro años, cuenta con un lugar que ha labrado en el extranjero a punta de tesón, disciplina y talento. “Estamos trabajando en la creación de un nuevo disco llamado Migrantes, y la idea es nominarlo a premios. Es un disco que estamos haciendo con migrantes venezolanos que están por el mundo, regados por el mundo y que son músicos”, enfatizó.
En la lista de prioridades también está la segunda versión de su primer disco titulado Bajo sospecha. “Son los dos proyectos propios en los que estoy participando”, acotó para luego dejar un mensaje a los jóvenes: “deben estudiar siempre, nunca se puede parar de estudiar, así se crea que se está en la zona de confort”.