Los ciudadanos de la frontera deben ingeniárselas para obtener agua frente a la escasez que persiste en gran parte de las comunidades.
Cruz Rojas, de 75 años, lleva más de 18 días haciendo peregrinaje para llenar tobos y pipotes en una llenado de agua de pozo. Allí la obtiene gratis.
«Si no tenemos para comer mucho menos para comparar agua», dijo en torno a lo cuesta arriba que se le hace pagar un carro tanque, cuyo servicio sobrepasa los 25.000 pesos.
Reportó: Jonathan Maldonado (@ponchogocho)