¿Por qué el Colegio Nazaret de San Antonio del Táchira tuvo que demoler los reductores de velocidad? – Frontera Plus

¿Por qué el Colegio Nazaret de San Antonio del Táchira tuvo que demoler los reductores de velocidad?

La construcción de los dos reductores la empezó la institución el pasado fin de semana


Jonathan Maldonado

 

El Colegio Nazaret de San Antonio del Táchira se vio en la obligación de demoler este martes 4 de abril, en horas de la noche, dos reductores de velocidad cuya construcción había iniciado el pasado fin de semana.

 

Hace aproximadamente un mes, y a raíz de un accidente de tránsito que se suscitó a escasos metros del Colegio y donde se vio afectada una representante, el director de Vialidad de la Alcaldía del municipio Bolívar, William Soto, visitó ese mismo día las instalaciones y giró la instrucción de que «el colegio estaba en la obligación de hacer los reductores».

Así lo indicó este miércoles 5 de abril la directora del Nazaret, madre Elvinia Gómez, en conversación con el equipo reporteril de La Nación. La madre (institución administrada por religiosas) dejó claro que nunca actuaron en desconocimiento de la autoridad, sino que fue la autoridad la que les indicó que debían hacer esos ‘policías acostados’, como también se les conoce.

 

En ese momento, cuando los visitó el director de Vialidad, le «cuestionamos su punto, ya que eso (la construcción de los reductores) es responsabilidad de la Alcaldía y del INTT, y ante nuestra postura, el señor Soto manifestó que desde hace cuatro años las instituciones debían asumir la construcción de los reductores de velocidad».

 

La directora, quien al instante de la entrevista con La Nación se hallaba en compañía de la subdirectora, recordó que el funcionario, incluso, les precisó que podían tomar como ejemplo los reductores de velocidad que están ubicados justo al frente del aeropuerto internacional Juan Vicente Gómez.

 

La directiva del Colegio, en vista de que se acercaba la Semana Mayor y no iban a tener la presencia de los más de 900 estudiantes que atienden, aprovecharon el fin de semana pasado (1 de abril) para arrancar con la construcción de los dos ‘policías acostados’.

 

El sábado 1 de abril, en horas de la noche, tras haber avanzado la obra en más de la mitad, los obreros colocaron varios objetos en señal de precaución, pues el cemento que echaron aún estaba fresco. Rayando la madrugada del domingo, un ciudadano perdió el control de su moto al no percatarse del escenario y sufrió varias lesiones.

 

La caída del hombre generó la reacción de la Alcaldía, que llamó a reunión a la directiva del Colegio. Quizá, reconoce la directora, el error «nuestro fue iniciar la construcción de los reductores sin un escrito de Vialidad, pese a que ya teníamos la conversación y orden por parte del director Soto».

 

En vista de que se estaba alegando que el Colegio construyó los reductores de forma arbitraria, sin permiso de la Alcaldía, la directora envió un comunicado a la alcaldesa Sandra Sánchez, aclarando que fue el mismo director de Vialidad quien pidió la puesta en marcha de ese proyecto, el cual significó un gasto de cuatro millones de pesos para la institución educativa.

 

«En los otros encuentros que hemos sostenido, Soto lo ha reconocido delante de los demás funcionarios. La alcaldesa aún no ha estado presente en las reuniones», puntualizó la religiosa desde su oficina.

 

Con la mitad de los reductores construidos, que ya habían sido pintados y habilitados, la alcaldía decidió que la obra debía paralizarse, con el argumento de que se trata de una vía nacional y no deben haber estos «obstáculos». Sin embargo, por esa misma vía, hay más de cuatro ‘policias acostados’ y no han sido demolidos a la fecha.

 

Este martes 4 de abril, en horas de la noche, Soto volvió a visitar la sede del Colegio y pidió que fueran demolidos los reductores. Horas antes, otro ciudadano se había caído de la moto al pretender esquivar uno de los ‘policías acostados’ que ya estaba habilitado.

 

El Colegio acató la instrucción del funcionario que hace un mes había solicitado la edificación de los mismos. Los obreros de la institución educativa procedieron a demolerlos.

 

La directiva del Colegio Nazaret lamentó estas acciones, ya que, al final, los perjudicados son los estudiantes y los feligreses que asisten a la iglesia Sagrada Familia, situada justo al frente de la institución. «La idea era que los vehículos bajaran la velocidad a la altura del Colegio», sentenció la madre.